sábado, 8 de abril de 2017

No nos respetan...

Revisando las estadísticas de esta temporada del Valencia, quitando que los números son un poco preocupantes para las aspiraciones iniciales, he parado en un dato curioso cuanto menos. Somos, a estas alturas de la temporada, el equipo que más penaltis en contra le han pitado. No quedándome únicamente en ese dato, he leído el dato de que históricamente también tenemos ese record. Somos el equipo que más penaltis en contra nos han pitado en la historia de la Liga española.

Somos fáciles de pitar y fáciles de dar un penalti en contra en un partido contra nosotros. Ya ni el factor campo juega a nuestro favor. Nos pitan penaltis injustos, piscinazos varios y no pasa nada, porque somos el equipo que ostenta el récord y tenemos que hacer más grande la gesta. No importa si vamos ganando, perdiendo o empatando; si es la primera parte o final de la segunda, siempre es un buen momento para pitarnos un penalti en contra. Llámale mala suerte, tirria arbitral o corrupción de la federación pero a los partidos me remito y los datos de las estadísticas me avalan.

No creo que sea necesario afirmar quién es el equipo que más penaltis a favor tiene en su lista, pero si es una casualidad que esta temporada estemos primeros de un ránking donde las historia nos da el título de campeones. El Valencia es el conjunto que más penaltis señalados tiene en sus 85 años de campeonatos ligueros. Hasta el día de hoy (y con vistas a ser ampliado sin duda en las últimas jornadas), el Valencia lleva la friolera cantidad de 6521 penas máximas. Los datos son para flipar, al igual que los que señalan a Diego Alves como el portero con la mayor cantidad de jugadas detenidas desde los once metros.

Para la historia quedan atracos clamorosos producidos a través de la pena máxima y cada jornada que transcurre la lamentable historia rellena una página más para detrimento del Valencia. La pasada jornada vimos un nuevo piscinazo, esta vez a menos del delantero del Celta de Vigo, que no dudó en lanzarse descaradamente al notar el mínimo contacto en el área. Lo más fuerte no es que los delanteros se tiren, sino que los colegiados señalan penas inexistentes y no ocurre nada. Siempre somos los mismos los que nos las comemos con patatas y no hay nadie que se queje donde es debido de que hay acciones que claman al cielo.

Y luego no quieren que nos quejemos, que no hagan cánticos en contra de la federación, si en lo que se ha convertido esta Liga es en un pulso para que el Madrid y el Barcelona midan sus fuerzas sin importar cuantas injusticias se cometan en otros campos. Pero nos siguen robando y no tenemos lo que hay que tener para poner el grito en el cielo y decir "basta ya". No hay que irse muy lejos para recordar acciones arbitrales que nos han costado algo más que puntos. Quién olvida el penalti de Beto a Alcácer en Sevilla en las semifinales de la Europa League; o el fuera de juego contra el Sevilla en esa misma competición; o el agarrón a Zigic en el Calderón; o los fueras de juegos en partidos contra Madrid y Barça.

No lejos de ser el club que más penaltis le han señalado, también se coloca en lo alto del ránking de estadios que más goles han visto en contra desde esa posición (un total de 430), nada más y nada menos. Para flipar lo de esta liga, con razón para muchos se está conviertiendo en una liga de pandereta… No quiero terminar sin citar a un hombre con mucha razón “siempre pitan en contra de determinados equipos y siempre a favor del mismo” (Jaume Ortí después del gol legal anulado a Adrián Ilie en el Bernabeu en la temporada 2002 por parte del árbitro Alexis Pérez Pérez).

miércoles, 15 de marzo de 2017

¿Dónde vamos a llegar?

Mirando los partidos de Champions y Europa League, fuera de robos y demás polémicas, me corría una envidia por el cuerpo que no me podía aguantar. Oía el himno de la Champions y me imaginaba Mestalla llena, esperando a una Juventus o a un Manchester City. Me imaginaba goles, muchos goles y jugadas para verlas repetidas muchas veces. Me he visto en mi mente sufrir por pasar de la fase de grupos, como de normal nos pasaba. Pero pasando, como segundos en el último partido y mirando de reojo lo que hacía el tercero, pero pasando. Y en octavos, volviendo a sufrir para arañar en los últimos minutos el pase a otra fase. Y así seguía soñando sola... ¿Dónde vamos a llegar?.

He visto al Barcelona, al Madrid, al Sevilla, al Atlético e incluso al Celta y he sentido envidia sana. Fuera de ayudas arbitrales, penaltis no pitados o fueras de juego pasados por alto, pero he sentido envidia. He pensado lo bien que vivirán los aficionados viendo como los suyos, mejor o peor, pero van por los campos de Europa presumiendo de camiseta allí donde juegan. Me he vuelto a imaginar, con mis amigos, mirando vuelos y entradas para ir al partido más barato de la fase de grupos de la Europa League. He rememorado el viaje a Sevilla, en bus o la gente que se fue a ver el Valencia-Basilea y volvió con la goleada clamorosa, que luego remontaríamos en casa, nuevamente sufriendo. Y me ha entrado la nostalgia.

Cuando he querido dejar de mirar los partidos, he aterrizado en la realidad. He mirado la clasificación y me he visto muy lejos. El año que viene tocará volver a mirar la Champions y Europa de lejos. Tocará solo mirar la Copa del Rey como único título posible, posible no hacer el ridículo claro, porque ganarlo… eso vuelve a ser sueño de nuevo. He mirado los resultados y he visto tanta derrota junta que me ha entrado un mareo. He contado los entrenadores que han pasado por el banquillo de Mestalla y he tenido que sentarme para darme cuenta que estamos peor de lo que pensaba.

Mestalla dividida entre Lim sí y Lim no. La Curva pidiendo la cabeza de Peter partido tras partido. Los jugadores paseándose por el campo como si de un paseo en barca se tratara. Los escándalos en redes sociales volvían a aparecer y el club, en vez de permanecer al margen, puesto que es asunto privado, se posicionaba en un comunicado exprés. Para eso sí que se daban prisa, pero estamos a final de temporada sin entrenador para la próxima, con un director deportivo sin fichajes a la vista y con un delegado haciendo lo posible por no meter al equipo en descenso. Y mientras tanto, otros muchos viajando por Europa y pasando fases clasificatorias.

Qué envidia más sana tengo. Después de hundirme en la más profunda tristeza, me he parado a pensar y he sacado varias preguntas sin respuesta. Varias preguntas que podría alguien plantearle al señor que mande en este cortijo. ¿Cuándo volveremos a plantear esos viajes por Europa? ¿Cuándo podremos volver a soñar con algo grande? o mejor ¿cuándo nos dejarán volver a ser grandes? ¿Será posible que en algún momento piensen en la afición antes que en el dinero? ¿Pasaréis en algún momento por alto la rentabilidad económica de cada fichaje y os fijaréis en el sentimiento con el que jugáis? ¿Os daréis cuenta de todo lo que matáis cada partido que no sudáis la camiseta?

Tantas preguntas me inundan que creo que estoy en un mar de dudas y lo peor es que, quien debe contestarlas, está contando millones en las antípodas del mundo; mirando qué jugadores meter en el club para sacar dinero y sin preguntarse ningún de estas cuestiones. Porque quien manda solo busca dinero, quien está destinado aquí es una mera marioneta y los que realmente sentimos y nos duele lo que pasa, tenemos que asumir que ya no somos nadie dentro d este circo, donde quien pone el dinero es el payaso; los que trabajan son meros títeres y nosotros somos el público que no reacciona ni aunque se rían en nuestra cara.


miércoles, 11 de enero de 2017

¿De qué me sirve?

Un proyecto que hace aguas cada vez por más sitios, unos jugadores que dejan mucho que desear sobre el campo y unos puntos que no suben a la clasificación. Tenemos muchos frentes abiertos y parece que el mercado de invierno no es que vaya a traer muchos refuerzos... Habrá que solventar el resto de la temporada con los jugadores que tenemos en la plantilla. Puede ser que cada vez más nos acerquemos a la zona de descenso y los partidos que vienen no son precisamente enfrentamientos fáciles. ¿Estamos realmente con los pies en el suelo sobre todo lo que está pasando? Recordemos que nuestros objetivos, con la plantilla y la inversión en la misma, era estar como mínimo en Europa League y aspirar a la Champions League como objetivo final. Evidentemente, esos objetivos ya no son ni remotamente probables y nos hemos planteado un objetivo nuevo: no descender. ¡Qué triste que hayamos llegado a esto en solo unos meses!

Podemos buscar culpables dónde queráis. En la dirección deportiva, por no haber fichado a los jugadores correctos o por sobrevalorar jugadores que no valían aquello que se pagó por ellos. Puede ser que nuestros jugadores no estén los suficientemente implicados en el 
proyecto y no vean el peligro cerca. Puede ser que Peter Lim sea el culpable de haber llevado a un club aspirante a estar entre los 10 mejores, a posiciones de peligro de descenso. Puede ser que todo esto sea verdad y que algo mal hayamos hecho desde un principio. Pero, ¿ganamos algo buscando culpables y no soluciones? ¿Ganamos algo diciéndole a nuestros jugadores lo perros que son o a nuestro director deportivo lo triste y pésimo que es su trabajo? Si no buscamos soluciones y ponemos claramente las cartas sobre la mesa, sin darnos cuenta, nos hundiremos. 

Señores, que somos un equipo de Segunda División, que nuestro juego no nos hace capaces ni de ganarle al colista. Hemos pagado millonadas por jugadores que andan sobre el campo cuando perdemos; hemos visto en un proyecto la salvación y nos han metido en la ruina deportiva. Puede que hayamos dejado de tener deudas pero, ¿y la imagen deportiva? ¿Esa quién la arregla? ¿Quién le paga al aficionado de a pie su abono para ver a su equipo andar sobre el campo y no sudar la camiseta?. Recordad que quien paga el sueldo de esos jugadores, no es el señor Peter Lim en su totalidad, porque sin la afición que acude al campo, el Valencia y su dueño no serían más que dueños de una empresa fantasma.

Somos algo más que negocios, algo más que números y deudas, algo más que aspiraciones a un campo nuevo o a nuestra primera Champions. Yo aspiro a algo más grande que ver trofeos en nuestras vitrinas o estrellas que las quiera fichar todos los equipos del Europa. Aspiro a ser la envidia de muchos clubs del mundo por tener a una afición unida en las buenas y en las malas; aspiro a ver a mis jugadores dejarse la piel en cada partido pese a que el resultado sea bueno o malo. Aspiro a decirle a mis hijos "mira, lo hemos pasado mal, muchos nos criticaron y se bajaron del burro, pero mira dónde estamos ahora, en los más alto. Los que criticaban, ¿dónde están ahora?". Aspiro a caminar con orgullo con mi camiseta, sin tener que preocuparme por lo que piensen, con quién me cruce, porque será un orgullo vestir mis colores en las buenas  y en las malas. 

No pido títulos, ni estrellas, ni contratos millonarios, ni estadios que dejen con la boca abierta a medio mundo. No quiero que Cristiano y Messi se peleen por venir al Valencia. No quiero balones de oro ni Pichichis, si todo eso no me sirve para ir con la cabeza alta orgullosa de mis colores. Si somos una afición dividida por al opinión de una maldita grada de animación. Si tengo títulos y no tengo unión en la grada, ¿de qué me sirven?. Si el dueño del club no ve más que rentabilidad económica y no sentimiento , ¿de qué me sirve ganar Ligas?  Si mis jugadores se creen por encima del escudo que defienden, ¿de qué me sirven las estrellas? Para que quiero millones, si tengo pobreza futbólistica. 

Unámonos ahora, ahora que las cosas van mal, que vean que en las malas seguimos sacando pecho por lo nuestro. No estaremos sacando números para la historia,pero estaremos diciéndole al futuro "no te preocupes que volveré con fuerza". No tendremos la mejor plantilla, pero con esa tenemos que afrontar el año, no vale de nada criticarla y tirarla por el suelo. No estaremos en Champions, pues luchemos por no bajar y el año que viene aprendamos de los errores. Nos tacharán de mala afición si nos quejamos y si nos conformamos también lo harán, digámosle a esos que nos critican "¿donde esta tu sentimiento por este club? Si no lo tienes, ¿qué te atreves a criticarme?". Cuando lo elegí, nadie me dijo que fuera fácil vivir siendo valencianista y aun así no me arrepiento de haberte elegido. Porque puede que ahora no me merezcas, pero probablemente sea, cuando más me necesites. 


viernes, 23 de diciembre de 2016

Aderlan Santos: Tuercebotas de Oro

Después de una semana de gintonic, cachimba y casalla por parte de algunos, había que ir a Mestalla para pasar el trámite de ver la vuelta del partido de la Copa del Rey contra el Leganés. Después del 1-3 en el partido de ida, parecía que podía plantearse como un partido para reconciliar, al menos en cuanto a goles e imagen, a los jugadores con la afición... pero como siempre, nada de eso pasó.

Un estadio casi vacío, con más entradas regalas que compradas, con mucho frío en las gradas y en el espíritu valencianista, el equipo saltaba al terreno de juego también con pocas ganas de jugar. Había que salir a por la Copa, pero había alguno que otro que ya había hecho eso noches anteriores y ahora no ocupaba ni un sitio en el banquillo. Un partido soso como cualquier otro y, aun siendo uno de los pocos equipos contra los que el Valencia ha podido sacar los tres puntos, no se vio un partido donde los locales fueran superiores

El partido pasó sin pena ni gloria para la afición, que estaba más atenta esperando el descanso para ver el típico espectáculo detrás de la portería por parte de algunos y para poder escuchar, al menos quince minutos, a los suyos animar. Porque sí señores, en Mestalla no se anima. El resto del partido, Mestalla podía considerarse más un velatorio que un partido de fútbol. Parece ser que las fiestas de Parejo tienen más encanto que los partidos de clasificatoria para los octavos de la Copa del Rey, aunque claro... Para eso no hace falta mucho. 

El partido dejó pocos detalles que resaltar. Lo mejor del partido para los ches fue el resultado, un 2-1 que les ponía en la siguiente fase de la Copa, conservando la esperanza de poder lavar la mala racha en Liga con una buena imagen en esta competición. Pero sin embargo, no quiero acabar sin poner de relevancia la calidad de un jugador. Un jugador capaz de hacer una rabona en medio del área y que segundos después le rompan la cintura en una clara ocasión de gol. Es de mérito sacar el balón con una filigrana cuando el rival te está presionando; sacarse una rabona de la manga para dejar a Mestalla con la boca abierta. Sí señores, Aderlan Santos no es solo una cara bonita, este tío saber hacer rabonas, démosle el Balón de Oro que a otros se lo dan por mucho menos

Cuando medio Mestalla buscaba ya el bonito regate de Santos, él mismo se encargó de bajarse del Olimpo. ¿Cómo? Pues haciendo lo que a todo mortal nos puede pasar, dejándose romper la cintura por un quiebro perfecto de Machis dentro del área valencianista. Porque sí señores, Santos también es persona, también se equivoca y se deja humillar para ver que no todo en él es rabonas y cuerpo atlético correctamente trabajado. Sí señores, Santo es mortal y no la reencarnación del mismísimo Pelé

Me quedo con su mano al aire pidiendo perdón. ¿Perdón por qué Santos? ¿Por qué pides perdón si solamente eres malo? Ay Dios mio, cuántos sufrimientos nos va a traer este hombre. Capaz de lo mejor y lo peor... Después de Senderos, este hombre ha heredado un don, el don de romper dorsales. Pobre Ayala cuando vea en lo que ha quedado su número 4. Feliz navidad a todos y que la suerte nos acompañe en 2017. 

sábado, 10 de diciembre de 2016

No somos un equipo, esto es una banda

Calificarnos de equipo es faltar a la verdad y menospreciar la labor de otros jugadores que sí que lo forman. Nosotros somos una banda, un grupo de gente que se une para jugar, o al menos intentarlo, al fútbol sin mayor resultado que hacer el ridículo allí por donde pisa. Vayamos al campo del líder o del colista, el resultado es el mismo: vergüenza e incredulidad por la imagen dada por los nuestros. Vergüenza porque esta panda de vagos no den pie con bola ni suden la camiseta como es debido. Tenemos a tíos que dicen llamarse jugadores y no dan señales de ello en 90 minutos de partido pero luego son capaces de mostrarse dolidos por la imagen dada. 

El dolor se expresa en el campo. Dejándose la piel cuando las cosas salen mal. Pidiendo perdón a la afición que les apoyan aunque solo merezcan pitos. Afición que llena Metalla pese a llevar 12 puntos de 30 posibles. No le hace la cama al equipo ni con la pésima imagen que va dando encuentro tras encuentros, sea visitante o local. Esa afición que le duele cuando los suyos pisan la camiseta que ellos tanto aman y dejan de respetar la imagen de un club con historia, andando por el campo y sin garra en todo el partido. Vergüenza me daría a mi cobrar lo que cobráis y hacer lo que hacéis. No os mostréis dolidos al final de los partidos, demostradme que os duele mientras aún se puede arreglar las situación. 

He visto partidos de ligas de empresa donde le ponen más ganas en cada jugada. Donde van perdiendo y se dejan el alma en cada jugada, no caminan como si fueran ganando. No nos sobran los puntos, por si no os habéis dado cuenta. Estamos con cifras de descenso, con pocas ideas, con cero ganas y con mucha rabia acumulada. No sé si vosotros sentís lo mismo que yo, no sé si os duele ver al equipo tan abajo, pero a muchos sí. Si realmente no os duele, no pasa nada, coged vuestras caras botas y vuestras cosas y largaros de aquí, dejad el sitio a un chaval del filial, que cobrará una parte de lo que vosotros, pero por lo menos le pondrá ganas. 

Basta ya de buscar culpables en la directiva y en el banquillo, que los habrá. Pero los que saltan al campo a jugar los partidos son estos tíos y no demuestran nada. Ya esta bien de quitar entrenadores y de prometer cosas que nunca se van a cumplir. Dejémonos de ideas utópicas, de creer que tenemos estrellas cuando solo tenemos gente sin cojones ni ganas por cambiar la situación. Si me equivoco, demostrádmelo en los partidos. Enfadaos, que las cosas no nos salen bien. No celebréis los goles cuando vais perdiendo, pedid perdón; no deis el partido por ganado hasta que no haya pitado el final el árbitro; no bajéis los brazos antes de tiempo. No piséis mi escudo. 

Dejaros de palabritas en rueda de prensa y de caras largas al final de los partidos. Esas caras no solucionan nada, ni nos dan puntos. No sois estrellas, estáis donde estáis porque sois una panda de vagos y que no dais nada a esa afición que os sigue apoyando cuando ni os lo merecéis. No os pitan, os aplauden para que levantéis el ánimo pero vosotros solo hacéis que tentar su paciencia. Pero la paciencia se acaba y pronto pedirán vuestras cabezas. La del capitán que va andando por el campo, la del defensa que hace penaltis de querubín o la del centrocampista ni en el último equipo que se me pasa por la cabeza jugaría. 

Vosotros nos habéis llevado a mirar de cerca el descenso, si realmente os duele, sacadnos de aquí. Y si no os duele o no os veis capaces, apartaos, dejad que otros lo hagan, pero no entorpezcáis el camino. No manchéis la historia de un club grande que ahora esta bajo mínimos porque vosotros lo habéis llevado allí. Hoy os señalo a vosotros, a todos los que os calzáis las botas cada partido para no hacer nada. A todos los que os ponéis nuestra camiseta sin orgullo ni ganas y la paseáis por la Liga manchándola y deshonrrándola. Cuando me demostréis que os importa algo lo que representáis, entonces seré la primera que os darás gracias, pero hasta entonces solo me dais vergüenza y pena porque no sabéis lo que tenéis entre manos y lo que rompéis cada partido que jugáis. 

Lleváis algo más que una camiseta sobre vuestro cuerpo, lleváis algo más que un escudo sobre vosotros; jugáis a algo más que a fútbol. Lleváis encima el sentimiento de mucha gente que ha pasado mucho junto a este equipo y que no puede tolerar que algunos manchen la historia por falta de ganas y por no ponerle cojones a la situación. Lleváis algo que pesa mucho y que es más importante que vuestro nombre, porque no hay nada ni nadie por encima de equipo que representáis. 

Cuando dejéis de creeros figuras y estrellas que no sois, entonces seréis considerados jugadores de mi equipo, hasta entonces no sois nada. Nada para esta historia ni nada de mi equipo. Lo dicho, si no podéis mejorar la situación, fuera. Deja paso a los que vengan detrás y deja de pisar mi camiseta. 



martes, 6 de diciembre de 2016

Tocados y hundidos...

Sinceramente, el partido del domingo era tan previsible que creo que todos sabíamos cómo acabaría aunque no quisiéramos asumirlo. La segunda parte demostró que el Valencia no sabe apenas defender un resultado a favor y por eso hemos perdido tantos puntos en los minutos finales, bien sea de la primera parte o del partido. No hemos aprendido a defender un resultado y por eso estamos donde estamos, marcando puntos en la zona de descenso y con pocas opciones de que esta situación mejore.

La verdad es que el problema no es solo querer defender un resultado corto con un rival atacando constantemente, sino querer hacerlo desde el minuto uno de la segunda parte, donde ni siquiera llegarte al área del Málaga creando peligro, sino que te encerraste en tu campo a verlas venir. Los jugadores no se daban cuenta de que cada vez las ocasiones se acercaban más al área y que cada vez las oportunidades de empatar estaban más cerca.

Me quedaba sin voz en la grada de Mestalla en la jugada del empate chillando que alguien fuera a presionar al del Málaga que centra solo, sin que nadie le haga la presión, a placer para ponerla donde quiere, en el jugador que está esperándola en el área sin que nadie le cubra como es debido. La actitud en la primera parte es mejorable pero aun así decente, pero no se mantiene todo el partido y por esos se pierden puntos. Estamos donde estamos porque no sabemos aguantar ni ver las ocasiones de peligro.

Esta situación no sé dónde puede terminar, o mejor dicho, no quiero pensar donde podemos estar cuando termine la Liga. Me gustaría pensar que tenemos capacidad de reacción, pero es que tras muchas caídas, sigo sin ver que estos jugadores sean capaces de sacar esto adelante. Es cierto que los cambios de Prandelli no fueron buenos en la segunda parte y dejaron el partido en manos del Málaga para empatar el encuentro, pero es que tampoco se ve en ellos un espíritu de autocrítica y capacidad de mejora.

Veo muchas caras largas a la salida de los partidos empatados y perdidos, pero no veo garra y ganas de salir a comerse al rival cuando empiezan los partidos. Veo frases de dolor en las ruedas de prensa de los jugadores pero no veo ocasiones que finalicen en goles ni veo al rival sufrir sobre el campo cuando juga contra nosotros. Nos hemos convertidos en juguetes rotos en manos de nuestros rivales, que cada uno que pasa nos deja más desmontados de lo que estábamos y un poco más bajo en la clasificación.


Ya no sé dónde llegaremos. Ojalá nos acordemos de esto la temporada que viene y suspiremos pensando en lo que podía haber pasado y de lo que aprendimos. Ojalá dentro de un par de jornadas miremos hacia abajo y digamos “allí estuve, pero salí”. Hemos pasado de dar miedo, a dar pena. Teníamos en Mestalla un fortín donde nadie sacaba puntos; lo hemos convertido en un mercado donde los regalamos. Hemos pasado de ser temidos a ser el hazmerreír de muchos. ¿Cómo hemos llegado a esto?. Que cada uno saque sus propias conclusiones. 


lunes, 21 de noviembre de 2016

Si me pongo a repartir, me quedo sola

Si me pongo a repartir, posiblemente me quede sola y no se salve ni uno solo. Desde el presidente que solo hace que tasar a los jugadores por quién le va a dar más rentabilidad económica, pasando por el banquillo que parece el trono de Mujeres y Hombres y viceversa con tanto cambio y acabando en los jugadores que juegan menos que Alcacer y Aleix Vidal en el Barcelona.

Partiendo de la base de que nada en el Valencia vierte un poco de optimismo a esta situación desastrosa en la que entre unos y otros, entre entrenadores y jugadores, nos han metido, vamos a otorgar esta jornada un mérito especial a una frase. Es para el análisis la reacción del excelentísimo capitán del Valencia, Enzo Pérez, que ha salido a una rueda de prensa, tras un partido en que pudo haber perdido, a decir la siguiente perla: “Hemos tocado fondo anímicamente”. ¿Con lo que cobráis y lo poco que rendís? Fondo estará tocando el que paga el pase y ve como once tíos le toman el pelo a las cuatro de la tarde con un airecito que se cuela por el dobladillo de los pantalones.

Ese seguro que ha tocado fondo, pero sin embargo, sigue yendo a Mestalla jornada tras jornada, sigue creyendo en los suyos aunque los que “anímicamente” estáis hundidos no deis muestras de recuperación y os paseéis 90 minutos por el campo. Para eso, mejor apuntaros a un club de bolillos o salir a caminar por la ruta del colesterol pero dejad de pisotear el escudo que a tantos les ha costado llevar tanto alto y que ahora vosotros colocáis en el farolillo rojo.

Los jugadores el Valencia esta temporada están en un metro, un metro cuyo destino era Europa pero que ha sufrido un percance y ha cambiado su final de trayecto y las voces por megafonía anuncia lo siguiente: “Este tren finaliza su trayecto en: Liga 1, 2, 3”. No nos lo tomemos a broma, esto es muy serio y preocupante. Sinceramente creo que hemos llegado a un punto en que alguien tiene que tomar medidas. Me da igual si Lim tiene que venir o si tiene que jugar el filial hasta que estos aprendan, pero la imagen que estamos dando… da más risa que ver a Suarez dando lecciones de Fair Play.

Señor capitán Enzo Pérez, anímicamente y deportivamente son ustedes unos vagos, que andáis en vez de caminar que lloráis y os quejáis en vez de luchar cada balón. Por eso se escapan los puntos, por eso estamos en estas posiciones en la tabla clasificatoria, por eso tenemos 11 puntos de 24 posibles… Debería daros vergüenza. Solo os preparo para una cosa: si esto sigue así, nuevamente como hace años, volveréis a oír en las puertas de Mestalla los cánticos que os tachaban de mercenarios, que os pedían explicaciones.

Nuevamente saldremos en las noticias rodeando Mestalla tras un partido para que salgáis a dar la cara y reconozcáis que soy los culpables. Y esto pasará si no revertís esto, pero lo que más me preocupa es que creo (espero equivocarme) que a vosotros eso de dar explicaciones os la trae floja. Que dormís perfectamente por la noche mientras los que llenan Mestalla rezan para que el Osasuna y el Sporting pierdan puntos y no colarse en el descenso. Eso es lo realmente triste.